Muy de Rivas es preservar la memoria del entorno que habitamos

Rivas Vaciamadrid, 10/2/2025

Tener memoria nos permite tener una identidad personal. Los recuerdos nos ayudan a saber quiénes somos, y marcan un sentido a nuestro recorrido. En una comunidad sucede lo mismo, se conforma su identidad gracias a la suma de lo que aprendemos y recordamos todas y cada una de las personas que la vamos conformando. 

Ser conocedores de que la ciudad fue inaugurada en julio de 1959, sobre los cimientos de otra Rivas Vaciamadrid, arrasada junto con sus archivos y su memoria durante la Guerra Civil, nos ayuda en la construcción de la identidad comunitaria. Somos conscientes de lo necesario que es conocer, estudiar, recuperar y poner en valor los recursos históricos y culturales que se encuentran en nuestro municipio, y en ese sentido hemos avanzado los últimos años.

En Rivas tenemos la suerte de estar emplazados en un entorno medioambiental e histórico único, cargado de historia, como atestiguan los restos que marcaron y determinaron el origen del actual Rivas Vaciamadrid: desde el yacimiento carpetano de Miralrío a los vestigios de la ‘otra’ Rivas Vaciamadrid, arrasada junto con sus archivos históricos durante la Guerra civil, pasando por los restos encontrados en las excavaciones de lo que en otros tiempos fue el palacio de verano de Felipe II, la Casa Real de Vaciamadrid. Unas excavaciones financiadas por el Ayuntamiento y que nos permiten hacernos una idea de cómo era la vida cotidiana de las personas que habitaron nuestro municipio en los siglos XIII y XIV. 

Pero si algo transformó el paisaje de Rivas, fue la Guerra Civil. Debido a nuestra ubicación estratégica a orillas del río Jarama, nuestro municipio fue testigo de la resistencia republicana en su intento por evitar el avance de las tropas franquistas. En los alrededores de la actual ciudad, en lo que entonces eran tierras de cultivo y páramos, tuvieron lugar cruentos enfrentamientos entre las Brigadas Internacionales y el ejército sublevado. 

Rivas fue testigo de la solidaridad internacional de miles de personas que acudieron a España para luchar en defensa de la Segunda República frente al avance del ejército franquista. Y por ello, todos los años seguimos recordando y honrando la memoria de estos voluntarios internacionales cuya lucha y sacrificio son símbolo de la defensa de la democracia y la hermandad entre los pueblos. 

Recuperar y proteger este patrimonio, ponerlo en valor como recurso educativo y cultural, no es solo un ejercicio de memoria histórica, es también un ejercicio de memoria democrática. Porque en una época en la que los más reaccionarios intentan apropiarse del concepto de ‘libertad’, es más necesario que nunca recordar a aquellas personas que dieron su vida por la libertad, la justicia social y la igualdad; en nuestro término municipal, como es el caso de las Brigadas Internacionales, pero también el conjunto del Estado. 

El compromiso de este Ayuntamiento ha quedado patente a lo largo de los años con la financiación de diversas excavaciones arqueológicas o la promoción de nuestro patrimonio histórico a través de aplicaciones como la de la Batalla del Jarama, que permite realizar una visita por los diversos vestigios de la batalla y obtener información al respecto.  

En el mismo sentido, el callejero, los nombres de muchos edificios y emblemas de la ciudad sostienen el recuerdo de personas y colectivos destacados por su aportación a la sociedad. Que de otra forma caerían en el olvido, y se hace inexcusable evocarlos ante el riesgo de involución real que estamos viviendo.

La Memoria Colectiva debería ser custodiada, cuidada y enseñada por las administraciones públicas y así lo recogemos en nuestro programa. Reforzamos nuestro compromiso por seguir recuperando el legado histórico de Rivas, y prueba de ello es la Agenda Urbana Rivas 2030, donde también se promueven la memoria y nuestro patrimonio histórico a través de proyectos como ‘Naturaleza, Historia y Cultura: Patrimonio de Rivas’ o ‘Rivas, ciudad para la cultura participativa’, con los que pretende reforzar el turismo cultural e histórico, sostenible, apoyándose en la industria cultural local para conseguir un mayor reconocimiento de la historia local.

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